jueves, 30 de abril de 2020

La Semana Santa y el Arte: La iconografía de Cristo Pensioroso

La inspiración en modelos pictóricos siempre ha sido una fuente de inspiración y un modelo al que recurrir por los artistas que trabajan para la Semana Santa de Sevilla, tanto en el pasado como en el presente. En esta serie de artículos trataremos la relación de la iconografía tanto de imágenes, como misterios que vemos en la Semana Santa de Sevilla.
En el artículo de hoy trataremos la iconografía de Cristo sentado en una peña, antes de ser crucificado, la cual se pone de moda a finales del siglo XV y principios del siglo XVI en el norte de Europa. Estas imágenes que serán conocidas en esa zona como ‘Cristo de la Humildad y Paciencia’, ‘Cristo de la Piedad’, ‘Cristo de las Penas’ o ‘Cristo Pensioroso’, que mitológicamente esta identificado con la ‘Tristeza de Saturno’.

El artista alemán Alberto Durero realiza una serie de grabados donde podemos encontrar dos modelos parecidos de la iconografía que citamos anteriormente, Cristo semidesnudo sentado, mientras espera a ser crucificado. Estas imágenes se exportan por toda Europa gracias a la difusión de estampas, de esa manera llegan a España y vemos como ambas iconografías tendrán el reflejo en la Semana Santa de Sevilla.
En el primero de los grabados vemos a Cristo, sentado en una peña, con la cabeza apoyada en una mano, esperando a ser crucificado, es una iconografía que podemos catalogar como más intimista, y que en la Semana Santa el claro ejemplo lo podemos ver en el Señor de la Humildad y Paciencia de la Hermandad de la Cena, el cual recoge perfectamente esa iconografía creada por Durero y a pesar de ser anónimo, su cronología se encuentra inmersa en el siglo XVI. También lo podemos ver en otras dos imágenes que no procesionan, el Cristo de la Humildad que lo podemos encontrar en la nave de la Epístola de la capilla de los Marineros de Triana, una imagen anónima del siglo XVII y el Cristo de la Humildad y Paciencia que podemos encontrar en la nave de la Epístola de la Iglesia Colegial del Salvador, el cual pertenece a la Sacramental de Pasión, atribuida a Antonio de Quirós está fechada en torno al año 1696.



El otro grabado que realiza Durero será dentro de una serie llamada ‘El teatro de los misterios’, con el nombre de Ecce Homo y realizada en 1511, en la que Cristo semidesnudo, sentado en un banco, eleva el rostro al cielo e implora al Padre antes de ser crucificado podemos ver también como tiene las manos cruzadas a la altura del pecho, ante él un personaje que le ofrece la caña como cetro para el rey de los judíos. Obra que nos muestra el lado humano y sufriente de Cristo. Este es un modelo iconográfico que podemos relacionar directamente con el Señor de las Penas de la Hermandad de la Estrella, que realiza el flamenco José de Arce en el año 1655.

También vemos en el escultor neerlandés Adriaen de Vires, la realización de una escultura en bronce, donde podemos apreciar la clara inspiración en el grabado de Durero, está será realizada en torno al año 1607. Obra que sirve de transito entre el Renacimiento y el Barroco. Una obra en la que también se pudo fijar José de Arce para la realización del Señor de las Penas de la Estrella, cabe recordar, que la influencia y la transmisión de contenido entre la zona de Flandes y la Península Ibérica era común, ya que ambas pertenecían a la Corona Española.


Mario Rosales Antequera.
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miércoles, 29 de abril de 2020

La Virgen del Mar de Almería

Cuentan los historiadores, que junto a la playa de Retamar, sobre la fina arena, existía una antigua ya atalaya de origen árabe. Ésta, cuando Almería se incorpora al Reino de Castilla, pasó a llamarse Torre García, funcionando de torre vigía para los pescadores almerienses. En este lugar es donde se da la fervorosa leyenda de La Virgen del Mar, patrona de la capital almeriense.
La leyenda cuenta que, en el atardecer del día 21 de diciembre de 1502, los vigías de la Torre García vieron surgir un torbellino de luces de las aguas, cuyo destello daba cobijo a una extraña silueta que se mecía al son de las olas. Vieron perfectamente como esa misteriosa imagen se acercaba a la orilla de aquella playa, despacio, rozando las olas del mar y como mecida por el viento.
Uno de los guardas, llamado Andrés de Jaén, sintió curiosidad por ese maravilloso resplandor, y decidió bajar para ver qué era lo que emitía esa luz. Él era cristiano y devoto, y su fe le suscitó que se trataba de algo divino. Asustado y casi sin aliento, se acercó, asegurando que era una imagen religiosa, en la cual se representaba a la Virgen María.
Andrés examinó esa divina talla cuidadosamente, hallando evidencias de que se encontraba en un navío, ya que tenía marcas de aros de hierro con los que la habrían sujetado en alguna zona de la nave. Este ritual era muy común en la época, y se usaba para invocar la protección divina para los marineros.
Desde entonces se dieron multitudinarias versiones de por qué llegó esa talla a la costa. Algunos dicen que fueron los mismos ángeles que la portaron hasta Almería, otros afirman que siempre estuvo ahí. Pero la más fiable y razonable de las versiones es que, el navío en el que se encontraba la imagen fue abatida por una tempestad, lo que hizo que se destrozara y la imagen quedase flotando en el mar hasta llegar a la costa almeriense.
La misma leyenda cuneta que Andrés no sabía que hacer. Quería que todo el pueblo viera a su hermosa virgen, pero por otro lado no quería dejarla sola en aquella playa, ya que si en cualquier momento desembarcaban piratas se la podrían llevar. Así que, en medio de ese mar de ideas, decidió guardarla en la Torre García, y así lo hizo. Al día siguiente llevó hasta el lugar a los canónigos de Santo Domingo,  y se la mostró. Llenos de gozo y arrodillados ante ella, la adoraron con devoción.
Cuando la noticia llegó al arzobispado de Granada, el cabildo puso en marcha su influencia para su traslado a la sede arzobispal, lo que los almerienses denegaron. Finalmente, la virgen fue encomendad al cuidado de los dominicos almerienses, bajo la advocación de Virgen del Mar. El mismísimo Papa Pío VII la proclamó patrona de Almería en el año 1806.
Por último, podemos destacar como final de esta emotiva leyenda, que en el lugar donde estaba la mencionada Torre García, hoy día inexistente, se realiza una pequeña ermita moderna que recibe el nombre de aquella torre, rememorando que en aquellas benditas arenas sucedió el milagro que hizo que Almería encontrase a su madre protectora.

María Orellana Cózar.
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martes, 28 de abril de 2020

Vísperas y Resurrección en Huelva

Bien es cierto que la Semana Santa de Huelva tiene muchas caras. Tenemos nuestros sellos antiguos que intentamos que no se pierdan, las ganas de avanzar y de llevar un rayo de esperanza en forma de cofradías a los barrios y la inquietud de jóvenes queriendo formar nuevas hermandades y por qué no, crear nuevas tradiciones. Creo que en esto se resume nuestra Semana Santa y lo podemos ver en las nuevas formaciones en las Vísperas y en el Domingo de Resurrección.

El año pasado se inició una nueva tradición que, como apuntó Eduardo Sugrañes en un periódico local, resultó la mayor aportación a la Semana Santa realizada en los últimos tiempos. La incorporación el Cristo de la Vera Cruz a las salidas en las vísperas acompañado por la Legión Española fue un acontecimiento que superó todas previsiones de público y ofreció un día más a los ya tradicionales desde el Domingo de Ramos y es que la procesión discurrió por todo el itinerario de lo que es la Carrera Oficial hasta la iglesia conventual de las Hermanas de al Cruz.

Con esta, las procesiones de Vísperas se ven consolidadas y ya no es solo la tradicional salida de la Virgen de los Dolores por su barrio de las Colonias. En esta jornada se cuenta con la presencia de la Virgen del Prado en su Dolor, que ha pasado de asociación parroquial a hermandad de penitencia, de acuerdo con el decreto recibido en noviembre del Obispado. Esperan ir dando los pasos que consolide el proyecto en la Barriada del Higueral, por lo que por ahora no van a solicitar su ingreso en el Consejo de Hermandades, aunque sí esperan mantener relaciones y participación en los actos que la institución cofrade organice, como así se lo ha anunciado la junta del Consejo en una reciente reunión.

Igualmente, va buscando su sitio la Asociación de Nuestro Padre Jesús de la Bendición y Nuestra Señora del Dulce Nombre de la Paz, que en los dos últimos años ha salido el Sábado de Pasión de El Higueral y ya están acogidos en la parroquia de San Rafael Arcángel. Iglesia que se está convirtiendo de acogida cofrade y en la que ya se encuentra también la Santísima Trinidad.

La que pone el broche final a la Semana Santa de mi ciudad es la procesión del Domingo de Resurrección por la mañana cuando Hermandad de la Sagrada Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo y María Santísima de la Luz sale a la calle. La Hermandad del Resucitado es una de las corporaciones más jóvenes de la ciudad. Esta hermandad de gloria encuentra sus raíces en el año 1996, en el barrio de Verdeluz, aunque se erigen de forma provisional en la Parroquia del Pilar, en el barrio de la Hispanidad. La primera salida procesional fue en 2003 desde la Capilla de la Hermandad del Cautivo. Para aquella ocasión, el Señor Resucitado realizó su salida procesional del Domingo de Resurrección en un sencillo paso, pequeño y sin dorar, al que se le añadieron unos candelabros. Posteriormente, la Hermandad del Resucitado empezaría a salir de la Parroquia del Pilar, como lo hace actualmente.
Ambas imágenes titulares son obras de Elias Rodriguez Picón. En cuanto a los pasos, solo contamos con el de misterio y, el cual, se encuentra en proceso siguiendo el boceto de Francisco Pineda.

Laura Yáñez Sancho.
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jueves, 23 de abril de 2020

Madrugá y Viernes Santo en Huelva

Llegamos a la recta final de los artículos sobre la Semana Santa onubense. En texto de hoy vamos hablar de la Madrugá y el Viernes Santo.
La Madruga en Huelva ha pasado por muchas etapas. Hubo épocas en las que procesionaron más de una hermandad pero algunas de ellas cambiaron sus días de salida como la Hermandad del Perdón que actualmente procesiona el lunes santo, y la Hermandad de la Misericordia, en este caso el jueves santo. La tradición onubense dicta que la cofradía por excelencia de la Madrugá, y la única que sigue estando, sea la Muy Antigua, Venerable y Real Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa Cruz en Jerusalén, María Santísima de la Amargura, San Juan Evangelista y San Francisco de Paula que, a las 04:00h abre las puertas del templo.
Su fundación se remonta a 1583 cuando la Orden de los Mínimos erige su convento y se funda la Hermandad del Nazareno. Allí permanece hasta la Desamortización del siglo XIX, cuando se traslada a su sede actual, la Concepción, ocupando una capilla en propiedad donada por la familia Trianes. Procesionaba con cuatro pasos: Jesús Nazareno, La Virgen, la Verónica y San Juan, celebrándose el sermón del Viernes Santo en la plaza de San Pedro. A finales del XIX, se deja de realizar este sermón. La Virgen de la Amargura se incorpora en 1913 a la estación de penitencia. En la Guerra Civil, pierde todo su patrimonio. El 21 de julio de 1937, en la iglesia de la Milagrosa, debido al cierre de la Concepción, se bendice la nueva imagen de la Amargura, de Ramón Chaveli. Al año siguiente, el 19 de marzo y en el atrio de la Concepción, se bendice la nueva imagen del Señor, también del mismo autor. En 1950, la capilla sufre un incendio fortuito y la imagen del Nazareno es destruida. Sebastián Santos realiza la nueva imagen. En 1983, el Ayuntamiento de Huelva concede la Medalla de la Ciudad al Nazareno y es nombrado Concejal Perpetuo.
En cuanto a los pasos, el de misterio es obra de los Hnos. Caballeros, tallado entre 2003 y 2005. En las esquinas lleva cuatro faroles realizados de Jesús Domínguez. Dispone también de ángeles portando elementos de la pasión, de Luis Ortega Brú. Se distribuyen varias cartelas en bulto policromadas de Carlos Valle y Fernando Aguado. Por otro lado, el palio, las bambalinas exteriores de Juan Manuel Rodríguez Ojeda. El interior y el techo de palio son de los talleres de Fernández y Enríquez de Brenes. El juego de jarras y la peana tienen firma de Jesús Domínguez y los respiraderos, varales y candelabros de cola son obra de Ramón León Peñuelas. Los faroles entrevarales se utilizaron para alumbrar el Crucificado que presidió la misa del Papa San Juan Pablo II en su visita a Huelva.


Cambiando de jornada, pasamos al Viernes Santo. Como cada día en la ciudad, procesionan cuatro cofradías, en este caso, la primera es la Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos del Sagrado Descendimiento de Nuestro Señor Jesucristo, Nuestra Señora del Calvario, San Juan Evangelista y María Santísima en la Resignación de sus Dolores. La hermandad es fruto de la idea de un grupo de funcionarios del Ayto. de Huelva. El secretario del consistorio, Pedro Azcárate Montiel, solicita en 1951 permiso al Arcipreste para constituir una cofradía en San Pedro, que es aprobada ese mismo año por el Arzobispo de Sevilla. En 1952, Antonio León Ortega realiza las imágenes del Descendimiento basadas en un boceto del pintor Policarpo Domínguez de Guzmán, presentándose en este primer año a Nicodemo, José de Arimatea y María Stma. de la Resignación.
En 1953 se concluye el conjunto escultórico con las imágenes de la Magdalena, San Juan Evangelista y la Virgen del Calvario, pasando la Virgen de la Resignación a un segundo paso en el que procesiona sola y mirando a la cruz. En 1975 se estrena el nuevo paso de palio para la Resignación y se restaura el rostro de la dolorosa por su propio autor, bajándole la mirada y dulcificándola.
Si nos centramos en los pasos, el paso del Descendimiento es una obra de estilo neobarroco tallado por Ángel de la Feria Ruiz (1977). Candelabros de guardabrisas y cartelas de los Hermanos Delgado y medallones de Joaquín Osorio. Fue adquirido a la Hermandad del Cerro (2000). En cuanto al paso de palio, se encuentra en proceso y posee bordados de Josefa Maya bajo diseño de Enrique Bendala. Respiraderos y candelería de Talleres Angulo de Lucena, varales de Manuel Seco Velasco y faroles de cola realizados por Emilio Méndez (2010).


La segunda cofradía del viernes es la Ilustre Hermandad de Penitencia y Cofradía de Apostolado del Santísimo Cristo de la Fe y Nuestra Señora de la Caridad. En 1988, se crea la asociación parroquial Santísimo Cristo de la Fe y Santa María Madre de la Iglesia en sus Dolores, una agrupación de fieles de la parroquia del barrio de Viaplana que nace con el objetivo de fundar una hermandad de penitencia con el crucificado que preside el templo, una obra de León Ortega de 1975. El 5 de diciembre del 88, se aprueban los estatutos de la cofradía realizando en la cuaresma del 89 el primer vía crucis por las calles de la feligresía. En 1990, se encarga la Virgen, que a iniciativa de su autor, José Méndez, cambia el nombre de su advocación, pasando a denominarse de la Caridad. En 1991, se realiza la primera Estación de Penitencia con el Cristo de la Fe, incorporándose el paso de palio en la Semana Santa de 1995.
El paso actual está en proceso de culminación con el dorado de su canastilla y respiraderos. Es obra de Joaquín Pineda, de estilo neobarroco, del año 2004. La Virgen de la Caridad procesiona en un palio de terciopleo burdeos. Posee orfebrería de Ramón León Peñuelas, destaca su candelería que data de 1995. La peana es obra de Hijos de Juan Fernández. Dispone de un relicario de la beata María Pilar Izquierdo, realizado por los Talleres Villarreal.



La tercera es la  Muy Antigua, Real e Ilustre Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias, Santo Entierro de Cristo y Soledad de María. El origen se pierde en el tiempo. Las primeras referencias la sitúan en 1572, en un documento hallado por el historiador José Manuel Arroyo. En 1573 se tiene constancia de la Estación de Penitencia de la cofradía. En el siglo XVIII adquiere un notable auge, convirtiéndose en la cofradía de la aristocracia local lo que le permite poseer un gran patrimonio, reformando la ermita de la Soledad. En este lugar permanecen hasta 1854 cuando se trasladan a San Pedro por cambiar las funciones de la ermita a hospital, ante la epidemia de cólera. En este siglo el cortejo se compone del paso de las Angustias, una obra de Francisco de Gándara del siglo XVI, el paso de la urna y un sencillo palio que procesionaba a la Virgen de la Soledad. En 1917 se sustituye la urna por un paso de misterio que representa a los santos varones deponiendo en cuerpo del Señor en el sepulcro. En 1919, Rodríguez Ojeda realiza un nuevo palio bordado en oro sobre terciopelo negro. En la Guerra Civil pierde todo su patrimonio salvándose solamente la cabeza del Yacente. En 1943 se reorganiza. En 1995 se restaura la ermita de la Soledad y regresan a su Sede.
Las imágenes titúlales marianas son obra de Leon Ortega, mientras que el señor conserva la cabeza primitiva peo cuyo cuerpo es obra del mismo autor.  El paso de misterio es obra de Manuel González en 1945, ha sido sometido a una profunda remodelación por el taller de Daniel Sánchez, con el añadido de cuatro faroles en sus esquinas y una considerable ampliación de sus dimensiones. El paso de Cristo es obra de talleres de Antonio Ibáñez, se encuentra en proceso de dorado. Urna obra de Alfonso Yáñez Columé de 1984, con dorados de los talleres sevillanos de Manuel Calvo Camacho. El Palio se encuentra en proceso de ejecución de bordados. La bambalina frontal, el faldón y los respiraderos son obra del taller de Jesús Rosado, bajo la recuperación del diseño del Palio original de Juan Manuel Rodríguez Ojeda realizado por Rafael de Rueda.

La última es la Real e Ilustre Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de Nuestra Señora en Su Soledad. El origen de la Hermandad del Silencio se encuentra en el siglo XIX, cuando la Hermandad de los Dolores y Vera+Cruz organizaba una tradicional procesión con una Virgen sola, conocida como la del Silencio. Con los desafortunados sucesos del 36 y el incendio de la Concepción se pierde dicha tradición, haciendo que Tomás Domínguez y su esposa donaran una imagen al párroco de la Concepción, que quedó temporalmente albergada en la Milagrosa hasta que el templo se reconstruyera. La primera salida procesional de la imagen se produce en la madrugada de 1937, sustituyendo a la Virgen de la Amargura desaparecida, acompañando a un cuadro con la imagen pictórica del Nazareno. Posteriormente, la Hermandad del Nazareno crea una organización dentro de la cofradía dedicada a Ntra. Sra. de la Amargura en su Soledad. En 1944, la cofradía de la Soledad se constituye como hermandad de penitencia independiente de la del Nazareno, de la que se inscriben numerosos jóvenes. El carácter sobrio de la cofradía hizo que se le conociera como la Hermandad del Silencio.
La imagen titula es de autoría anónima, si bien la historiografía parece estar próxima a cerrar el círculo, situándola a finales del siglo XVII atribuyéndose al imaginero antequerano Antonio del Castillo. Fue restaurada en dos ocasiones por Antonio León Ortega en 1939 y 1942, la primera para adaptarla procesionalmente y la segunda para hacerlo a los gustos de la escuela sevillana; la última restauración a la que fue sometida fue en el bienio de 1999-2000 por Francisco Borrego. De igual modo, la autoría del paso es incierta, fue tallado en 1944 con trazas muy clásicas, siendo además el primero en llevar maniguetas en Huelva. Se cree salido del taller de Juan Pérez Calvo en Sevilla, ratificado por testimonios de antiguos hermanos de la cofradía. Se encuentra iluminado por seis candelabros de guardabrisas, de cinco luces los cuatro de los ángulos y de tres los de los costeros, fueron realizados por Luis Barrio con trazas románticas siendo de los llamados de palmas. Los respiraderos poseen artísticas cartelas pictóricas donde se aprecian diversas escenas de la Pasión. El manto es de terciopelo negro tachonado por las armas del Reino de España: castillos, leones, granadas, y lises borbónicas efectuado por el taller de Esperanza Elena Caro en 1945, al que se le añadió la rica guardilla bordada en oro a gran realce fechada en el siglo XVIII, en lo que son los bordados más antiguos de nuestra Semana Santa. Son los enseres más destacados del patrimonio de la cofradía, a excepción de la imagen.

Laura Yáñez Sancho.
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miércoles, 22 de abril de 2020

Curiosidades de las Cofradías de Granada en la II República

La Segunda República fue un periodo demasiado negro en la historia de las cofradías. La Constitución de 1931 estableció una separación entre la Iglesia y el Estado, y las contiguas crisis y falta de hermanos hicieron que el presupuesto en la mayoría de cofradía menguara. Además de que, en este periodo se prohibieron las procesiones y las prácticas religiosas se limitaban al interior de las iglesias.

En 1933 hacía dos años que no se veían por las calles de Granada procesiones, y no se verían hasta 1935, sin saber claro está que ese año a causa de la Guerra Civil tampoco saldrían. En aquel año de 1933, días antes de Pascua, el gobernador de Granada aseguró a la prensa que había recibido un telegrama del Gobierno que avisaba de la derogación del artículo 17 del Reglamento de Espectáculos, y que finalmente aquel año podrían celebrarse desfiles de miércoles a viernes. Pero no fue así, y un año más la ceremonia por parte de las cofradías se limitó a convocar a sus hermanos a actos como la función de palmas del Domingo de Ramos, los oficios  en templos como el Perpetuo Socorro, las adoraciones nocturnas del Viernes Santo o el acompañamiento a la cofradía del Silencio en su Quinario.

Hasta 1931, eran doce las hermandades que desfilaban por las calles de Granada. Era muy conocida la Hermandad del Santo Entierro, celebrando su estación de penitencia en plena tarde del Viernes Santo, con un desfile de guardias municipales de gala, nazarenos a sueldo, personal de sacristías, representantes del clero y autoridades que seguían a los penitentes. Cada año se nombraba una comisión para organizar la procesión que, para sufragar gastos, recorrían los barrios, casa por casa, en busca de donativos. Un año el dinero recaudado fue tan poco, que estuvo a punto de suspenderse la procesión. Pero José Messeguer, arzobispo de Granada, puso todo su empeño en que esto no ocurriera y organizó a una antigua hermandad que celebraba un vía
crucis por el Albaicín y que dio lugar, en el año 1917 a la albaicinera hermandad del Vía Crucis. Salía el Domingo de Ramos de la iglesia del Salvador y subía por las tortuosas calles del barrio para alcanzar al amanecer la ermita de San Miguel.

Y es que, como en ese tiempo el dinero escaseaba, esos mismos cofrades del Vía Crucis tenían otra procesión el Martes Santo en la que recorrían las calles más modernas de la capital. Desfilaban las mismas imágenes, la de Jesús con la cruz a cuestas y la de la Virgen. Tapices de Garrigues habían sido previamente colocados en lugares estratégicos para rezar las estaciones.

Pero un año, uno de aquellos tapices se colocó en el edificio del Gobierno Civil, y al llegar la procesión, una comisión de su Junta de Gobierno subió a pedir la libertar de un preso. Después el cortejo se detenía en la calle de la Cárcel, ante la prisión provincial, y el Hermano Mayor exhibía la orden de libertad del elegido que, vestido con túnica y capirote, acompañaba a la procesión hasta la iglesia del Salvador.

En alguna ocasión, el Vía Crucis realizó una ceremonia de encuentro de Jesús con su Madre en el camino del Calvario, una ceremonia que dio origen a la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y Descendimiento del Señor. En 1935, año en el que las procesiones volvieron a la calle en Semana Santa, la Federación de Cofradías contrató a la banda de trompetas de Artillería y a la del Regimiento de Infantería y a cinco cantaores de saetas de «primera fila» para dar brillantez a los desfiles. Procesionaron el Lunes Santo, la Santa Cena y el Rescate; Martes, Vía Crucis y Rosario; el Miércoles, la Humildad y la Esperanza; el Jueves, Santa María de la Alhambra y el Cristo de la Expiración; y el Viernes, la Soledad, Santo Entierro, y el Descendimiento. A partir de 1940  se recuperó definitivamente la celebración de la Semana Santa, hasta la fecha, que luce más bonita que nunca.

María Orellana Cózar.
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martes, 21 de abril de 2020

Miércoles y Jueves Santo en Huelva

Tras el paréntesis de Semana Santa, vuelvo a hablaros de los datos más relevantes de la Semana Santa de Huelva. Esta vez, voy a hablaros de dos de los días más bonitos: Miércoles y Jueves Santo.

El Miércoles Santo es considerado en Huelva como el día grande. Es el día en que salen la Hermandad de la Esperanza y de la Victoria, pero además hay dos hermandades que, a pesar de su juventud, presentan un proyecto de hermandad y un patrimonio digno de admirar.

Empezando por el Miércoles Santo, en primer lugar tenemos que hablar de la Carmelita Hermandad y Cofradía de Penitencia de Nuestro Padre Jesús del Prendimiento Traicionado por Judas y María Santísima de la Estrella. La hermandad se forma gracias a unos jóvenes del barrio del Carmen que llevan al párroco la idea de fundar una cofradía en el año 1987, ilusión que daría forma en 1989 con la aprobación de los estatutos y que se vería ya en la calle en 1992. La idea representación iconográfica es la de Jesús prendido por la tradición de Judas en el Huerto de los Olivos.
La autoría de ambas imágenes titulares pertenece a José Manuel Bonilla y fueron realizadas en 1989 y 2001 respectivamente. El paso de misterio representa la continua lucha entre el bien y el mal, con la escenificación de numerosos dragones y arcángeles. De estilo neobarroco y tintado en madera oscura, obra de Joaquín y Francisco pineda entre el 2000 y el 2004.
 Por su parte, en la canastilla se pueden contemplar las cartelas en las que podemos ver los escudos de la hermandad, de la orden carmelita, de la Hermandad del Calvario, como madrina, así como el escudo de la diócesis. Lo símbolos cristianos están muy presentes en toda la canastilla pudiendo observar el amor De Dios en la figura del Pelícano, la lenta agobia de Cristo en el caracol y la resurrección en el Fénix.
El paso de Palio no está realizado aun pero cuentan con un proyecto de palio muy ambicioso obra del taller de Ramon Leon Peñuela y del cual ya tienen varias piezas.

La segunda cofradía de este día es la Cofradía de la Santa Cruz, Santo Sudario de Nuestro Señor Jesús de la Providencia y María Santísima Madre de Gracia. El germen de esta cofradía se encuentra en la tertulia cultural cofrade 'El Penitente', que comenzó en 1988 con la idea de fundar una cofradía. Esta tertulia estaba compuesta por jóvenes cofrades con sede en la parroquia de la Purísima Concepción. Este grupo tendría un período de inacción y en 1998 volverían a formalizar aquel proyecto, ya en la Catedral, aunque fue definitivamente en la parroquia de Santiago Apóstol donde se fundaría en el año 2001. En 2005 saldría por las calles del Molino de la Vega y no sería hasta 2012 cuando llegaría a hacer estación de penitencia hasta la Concepción. En 2015 dejaron su sede de Santiago Apóstol para erigirse en la parroquia de la Concepción. Desde el principio han basado su patrimonio en elementos arquitectónicos de la ciudad.
La iconografía no muestra a Jesús que ha sido descendido de la Cruz y Nicodemo, junto a María Salomé y María Cleofás, procede a depositarlo en el Sudario para su traslado al Sepulcro, mientras la Virgen es confortada por San Juan y la Magdalena ante una Cruz ya vacía de la que pende el Santo Sudario. La autoría de las imágenes pertenecen a Mario Moya en el caso de la imagen de Cristo y las imágenes secundarias exceptuando la imagen de San Juan que pertenece a Elias Rodriguez Picón al igual que la imagen de María.
El Paso está en proceso de ejecución. El diseño es de Javier Sánchez de los Reyes y está inspirado en el púlpito de la Catedral de la Merced, de estilo tardomanierista. El proceso de talla está siendo ejecutado por Francisco Verdugo, con pinturas de Antonio Díaz Arnido, que representa la Historia de la Invención de la Santa Cruz. Los faroles del Paso son de Cristóbal Ángulo y están influenciados en las farolas del pórtico del Ayuntamiento de Huelva.

La Real, Antigua, Ilustre y Fervorosa Hermandad del Sagrado Corazón de Jesús, y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Humildad Despreciado de Herodes, María Santísima de la Victoria Coronada y San Juan Evangelista, es la tercera cofradía en pasar por la carrera oficial en la jornada del Miércoles Santo. La fundación de la corporación se da por el estado en que se encontraba la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús tras la Guerra Civil, por el incendio que sufrió en 1936 y los efectos que esto provocó en la feligresía, movió a un grupo de onubenses a constituir una hermandad que ayudara a levantarla espiritual y materialmente. En 1939 se reúnen por primera vez y adoptan como misterio el pasaje evangélico en que Herodes deprecia al Divino Maestro, al que los reunidos invocan como Ntro. Padre Jesús de la Humildad. Quedó erigida canónicamente el 5 de mayo de 1941. Joaquín Gómez del Castillo fue el encargado de realizar la primera imagen de la Virgen, bendecida en la capilla de las Teresianas. La primera salida de la cofradía tuvo lugar el 9 de abril de 1941. El 1 de abril de 1953 la imagen de la Victoria sufrió un incendio en su salida procesional con daños irreparables. En 1997 el Ayto. de Huelva concedió a la Victoria la Medalla de Oro de la ciudad. El 5 de mayo de 2012 sería Coronada Canónicamente.
El misterio representa el momento del desprecio de Herodes. La imagen de Nuestro Padre Jesús de la Humildad es obra de Antonio León Ortega, mientras que la Imagen de la Victoria es obra de Luis Álvarez Duarte. Actualmente el paso de misterio se encuentra en proceso, se trata de un diseño de Javier Sánchez de los Reyes y ha sido ejecutado por los Hermanos Caballero. Por otro lado, el paso de palio cuenta con bordados realizados por el taller de Elena Caro entre 1950 y 1953, varales de Jesús Domínguez (1954). Del mismo autor son los respiraderos, con cartelas con escenas de la vida de Cristo (1965- 1971), peana (1955), jarras, violeteras (1955) y candelabros de cola (1958). Faldones obra del taller de los Herederos de Elena Caro de 2012, bajo diseño de Juan Robles. Manto procesional confeccionado por el Convento de Santa Isabel de Sevilla y finalizado en 1990, bajo diseño de Rafael Infante. La corona de oro, donada por el pueblo de Huelva, es con la que fue Coronada Canónicamente en 2012 y realizada por Manuel Valera.

La ultima del Miércoles es la Real e Ilustre Hermandad Sacramental de San Francisco, Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Expiración, María Santísima del Mayor Dolor, San Juan Evangelista y Nuestra Señora de la Esperanza Coronada. La cofradía de San Francisco fue fundada entre 1893 y 1894. El antecedente histórico es una antigua asociación que rendía culto a San Telmo, Patrón de los Mareantes. Sus fundadores y primeros hermanos eran marineros y pescadores del viejo barrio de San Francisco. Su popularidad se extendió por la devoción a la Stma. Virgen del Mayor Dolor, una imagen venerada en San Francisco desde el siglo XVII. Rendía culto también a un antiguo Cristo Crucificado. Ambas imágenes y todo su patrimonio sería destrozado en 1936. La corporación se ve obligada en 1963 a abandonar su sede. De este templo pasará a la catedral, donde permanece hasta 1978. Ese mismo año la cofradía habría de abandonarla también. Las imágenes se recogerían en una humilde vivienda. En 1979, se bendice la nueva capilla y en 1992, la nueva iglesia. El 4 de junio de 1994, se le concede la Medalla de Oro de la ciudad a Ntra. Sra. de la Esperanza, y el 3 de junio del año 2000 sería Coronada Canónicamente.
El paso de misterio nos muestra cómo María, en su Mayor Dolor, mira hacia su hijo en el momento de su muerte, siendo consolada por San Juan Evangelista y María Magdalena. La autoría de las imágenes es variada. En el caso del Cristo la obra pertenece a Ramón Chaveli; la imagen de la Esperanza y Mayor Dolor son obras de Joaquin Gómez Castillo, al igual que la imagen de San Juan, mientras que María Magdalena es obra de Ángel Álvarez. En cuanto a los pasos, el paso de misterio de estilo neobarroco, de perfiles románticos, es obra de Miguel Llacer en 1953 y restaurado y dorado por los Talleres de Nuestra Señora del Carmen en 1983. En cuanto al paso de palio, las bordadas por las Madres Trinitarias en 1940, fueron adquiridas a la Cofradía de San Roque de Sevilla y restauradas en el Taller de Fernández y Enríquez (1993-1994). El techo de palio está bordado por el taller de la Hermandad bajo la dirección de Enrique Bendala Azcárate en el 2000, al igual que el manto, bordado sobre tisú verde (2001-2008). De estilo neorrocalla, posee parte de la orfebrería en plata de ley, con llamador y jarras (2000-2003) de Orfebrería Ramos. La peana y los candelabros de cola son de Jesús Domínguez. Luce la corona de su Coronación Canónica, realizada por Antonio Cuadrado en el año 2000 bajo diseño de Enrique Bendala.


Pasando al Jueves Santo, la primera en salir en esta jornada es la Muy Antigua, Real, Ilustre y Seráfica Hermandad Sacramental de la Purísima Concepción y Archicofradía de Nazarenos de la Santa Vera+Cruz, Sagrada Oración de Nuestro Padre Jesús de La Oración en el Huerto y Ntra. Madre y Sra. de los Dolores Coronada. La cofradía actual es el resultado de la fusión de la Hermandad de la Vera+Cruz, en la que se tiene constancia documentada de su existencia en 1538; y la Hermandad de la Oración en el Huerto (1922) en la Catedral de la Merced. La unión se realiza en 1936, cuando se pierden en el incendio de la Concepción la imagen de la Virgen de los Dolores del siglo XVIII y el Señor de la Oración, obra de Joaquín Bilbao en 1922. Tras los desafortunados hechos, la hermandad encarga dos nuevas imágenes realizadas por Antonio Castillo Lastrucci. Las mismas fueron sustituidas por la actual Dolorosa de Luis Álvarez Duarte, en 1968, y el Señor de la Oración en el Huerto, obra de Luis Ortega Bru, en 1977. La Condesa de Mora Claros estuvo muy vinculada a la cofradía, favoreciendo buena parte de su patrimonio. En 2015, Ntra. Madre y Sra. de los Dolores fue Coronada Canónicamente.
El paso de misterio es obra de José Oliva y culminado por Miguel Hierro. En el paso se encuentran cartelas alegóricas a la pasión y los escudos de la corporación. Por otro lado el paso de palio es uno de los conjuntos más antiguos de nuestra Semana Santa. Posee bordados de principios del siglo XX elaborados por Juan Manuel Rodríguez Ojeda y reformados por Guillermo Carrasquilla en 1957. Sus respiraderos son del siglo XIX y el resto de la orfebrería es obra de Angulo y Manuel de los Ríos. El elemento más notable del palio es sin duda el manto procesional, una obra bordada en hojilla de plata que data de 1905 y que fue confeccionada por Patrocinio Vázquez.

La segunda hermandad del Jueves Santo es la Hermandad de Culto y Apostolado del Dulce Nombre de Jesús y Cofradía de Penitencia del Santo Cristo de la Misericordia, María Santísima de la Concepción y San Juan Evangelista. La cofradía surge de las inquietudes de un grupo de jóvenes agrupados en 1981 en la tertulia cultural cofrade 'El Cirio Apagao', que se comprometen a hacer todo lo posible para restaurar la Iglesia de la Milagrosa, que se encontraba en ruinas. Así, en 1982 reciben las reglas y dan forma a una cofradía de silencio con túnicas de ruán, que se establece provisionalmente en el Convento de las RR.MM. Agustinas, haciendo estación de penitencia en parihuelas desde el templo neogótico, hasta que en 1987 pasa a la Catedral de la Merced. En esta etapa, se bendice a la Virgen de la Concepción y se estrena el paso procesional del Cristo. En 1997, la Hermandad consigue restaurar la Iglesia de la Milagrosa trasladándose hasta su sede canónica en el mes de octubre. En 2004, la cofradía construye su capilla propia en un terreno anexo a la parroquia.
La imagen del Santo Cristo es obra de Gabriel Cuadrado Díaz, mientras que la imagen mariana es obra de Juan Manuel Miñarro. El paso de Cristo es de estilo sobrio con cuatro hachones en las esquinas, tallado por el artista Cayetano Reyes.

La siguiente es la Ilustre y Agustiniana Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Madre de la Consolación y Correa en sus Dolores. Los Padres Agustinos se afincan en el desamortizado convento de la Victoria en 1900. Allí, el Padre Fray Gilberto Blanco funda una cofradía para inculcar entre los alumnos la devoción a la Virgen bajo la advocación de Consolación en 1916, tomando como titular una imagen existente en el Convento de las Agustinas. En 1921 adquieren las reglas de penitencia y en 1928 se incorpora la imagen de un crucificado agonizante bajo la advocación de la Buena Muerte. Con la proclamación de la II República, el colegio fue suprimido, trasladando su sede canónica a San Pedro, desde donde realizan su Estación de Penitencia hasta 1935. Un año después, en la Guerra Civil, sufren la pérdida de todo su patrimonio. En 1940, la cofradía se reorganiza y se establece en la Concepción adquiriendo dos nuevas imágenes realizadas por el imaginero onubense Joaquín Gómez del Castillo. En 1995, la Hermandad regresa al Convento de las Agustinas. Las imágenes titulares son obras de Gómez del Castillo. El paso es uno de los mejores pasos de nuestra Semana Santa. Fue realizado en caoba traída de la República Dominicana y tallado por Miguel Hierro en 1957. Son muy característicos los ángeles que sujetan los hachones, realizados por Jesús Domínguez. El paso contiene diferentes capillas en orfebrería alusivas al Calvario, Nacimiento, Entrada en Jerusalén, Crucificción y Resurrección, así como las figuras de San Agustín, San Juan Bautista, San Juan Evangelista, San Marcos, San Sebastián, la Virgen de la Cinta y una monja agustina. El paso de la Virgen representa el misterio de María mirando a la cruz sobre un paso de alpaca plateada de estilo renacentista realizada por Ramón León Peñuelas en 1991.

La ultima de la jornada es otra de las hermandades más añejas de la ciudad, la Real, Ilustre, Venerable y Capitular Hermandad Sacramental de Nuestra Señora de la Merced y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de las Cadenas, Santísimo Cristo de Jerusalén y Buen Viaje y María Santísima de los Dolores. No se tiene datación exacta de la fundación de la Hermandad. Las primeras referencias a Ntro. Padre Jesús de las Cadenas y al Cristo de Jerusalén y Buen Viaje datan de 1647 y 1657, respectivamente. Las raíces de la cofradía se encuentran en la orden de la Esclavitud de la Merced, que rendía culto a una imagen de dicha advocación que llegó a la ciudad en 1618. Esta orden quedó transformada en la Venerable Orden Tercera de Siervos de María en el último tercio del siglo XVIII ante la creciente devoción de la Santísima Virgen de los Dolores, a la que se le atribuye un milagro en la sanación de Bernardo Basconcelos, en 1775. En 1862, se reorganiza la Hermandad con el Cristo de las Cadenas y la Dolorosa, y en 1945, se incorpora como titular el Cristo de Jerusalén y Buen Viaje. La cofradía adquiere el carácter sacramental en 1997.
Las imagen de Nuestro Padre Jesús de las Cadenas es una obra anónima del siglo XVII atribuido a la escuela gaditano-genovesa; el Santísimo Cristo de Jerusalén y Buen Viaje es una obra anónima del siglo XVI y la imagen de María Santísima es también una obra anónima del siglo XVIII de la misma escuela que el primero.  El paso de misterio esta realizado en barroco en madera de cedro, tallado por Antonio Ibáñez (2000). Dorado y estofado con cartelas de motivos gloriosos y pasionistas, de Emilio Olmedo. El paso de Cristo el paso más antiguo de nuestra Semana Santa, de José Gil (1913). Posee en los respiraderos pinturas al óleo sobre lienzo con escenas pasionistas. En cuanto al paso de palio, los bordados, tanto bambalinas y techo de palio, como manto y los faldones son realizados por Juan Manuel Rodríguez Ojeda entre los años 1915 y 1924. La orfebrería es de Seco y Ramón León Peñuelas.


Laura Yáñez Sancho.
Twitter: @itslaurayanez
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martes, 14 de abril de 2020

El Abuelo de Jaén

Una  tarde de agosto de 1590 un hombre viejo, con aspecto cansado, estaba a punto de sucumbir y apareció ante sus ojos una modesta casería, cercana al Puente de la Sierra. Decidió pedir asilo para pasar la noche. Dijo a los dueños del lugar que venía de muy lejos y se dirigía a Jaén, pero como ya estaba anocheciendo le rogaba que le dejaran pernoctar bajo techo, porque a su llegada a la ciudad encontraría las puertas cerradas. La familia de labradores, muy piadosos y humanitarios, no dudaron un instante en concederle hospitalidad.  

Lo primero que hicieron fue prepararle la cena, que la saborearon en la lonja de la casa, para aprovechar el escaso hilo de viento existente. Mientras comían, el forastero se fijó en un gran tronco de pino que hacía las veces de banco donde sentarse. El viajero se lo pidió para hacer una imagen de Jesús, en agradecimiento a la acogida recibida, ya que desde niño había trabajado con la madera, y en la actualidad ese era su oficio. Pero antes de dirigirse a su habitación para descansar, inquirió a la pareja que trasladara el tronco al dormitorio que le habían asignado, porque nada más levantarse viajaría a Jaén para ver el paño del Santo Rostro, y a su regreso comenzaría con la escultura. 

Al día siguiente, poco antes de la cena, volvió a presentarse el venerable anciano, que relató la impresión que le causó la santa faz de Jesús. Apenas si comió porque estaba muy cansado y decidió acostarse temprano, pero antes indicó a los labriegos que permanecería en la habitación varios días sin salir hasta finalizar su obra. Que no se preocupasen ni entraran en ella hasta que hubiera concluido. Cuando pasaron dos días, el matrimonio estaba intranquilo porque en ese tiempo no habían escuchado ni el más mínimo ruido procedente de la estancia, algo que le extrañaba enormemente, ya que al tratarse de una talla de un madero, tenía que producirse golpes con las gubias y escoplos. Aún así, esperaron otro día más. 

Nada más amanecer ascendieron silenciosos por la estrecha escalera hasta el desván, donde debía estar el viajero. Encontraron la puerta entreabierta, la empujaron suavemente y sus ojos quedaron deslumbrados al encontrar la figura de Jesús, casi desnudo, con el cuerpo ensangrentado y encorvado por el peso de la cruz, la mirada angustiada, dirigida al suelo y la boca entreabierta por el dolor, desde donde escapa un hilo de sangre entre la comisura de sus labios. Cuando se repusieron de su asombro, los labradores buscaron algún rastro del viejo caminante que había realizado tan magnífica obra, pero solo hallaron una nota que les decía: «a través de esta imagen, amarle con todo el corazón, en la seguridad de que nunca os abandonará». 


María Orellana Cózar.
Twitter: @MariiaOrellaana
Instagram: @mariiaorellana

sábado, 11 de abril de 2020

Sábado Santo


Sábado Santo según Adrián González

Suena el despertador, son las 8:30, es sábado el Sábado Santo, que tanto espero y anhelo durante todo el año. Llegó el día grande de mí hermandad de la Trinidad y sus titulares. Para mí como para mi tío, es el día de pasear al único Dios de Sevilla y su Bendito hijo, es el día de querer y trabajar al Sagrado Decreto.
Me levanto y me preparo el desayuno, que a penas puedo tomar debido a los nervios, preparo la ropa, me aseo y me visto. 10:15, llaman a la puerta, 'Niño, ¿estás listo?', mientras me fundo en un abrazo saco las llaves para cerrar la puerta, 'estoy más que listo tito', 'ea pues vamonos, que hay que aparcar y verás tu para hacerlo'.
Las 11, ya estamos en la Puerta Carmona y aparcados, llegamos al sitio de la cita, son todo besos y abrazos y alegría. Momento para tomar un refresquito, hasta que llegue el jefe y su equipo. Ya está aquí, es momento de la charla, la igualá, el reparto de trabajos y el ticket del serranito del Trini.
Hacemos salida, hay que estar a las 14:30 en la Basílica fajados y con el costal tirado, junto al paso. A las 14:15 ya estamos listos, momento para rezarle a la Esperanza Trinidad, al Santísimo Cristo de las V Llagas y al único Dios.
Suena el martillo, es el momento de cuadrar el paso con la puerta, para la salida. Esto ya empieza, es el momento cumbre, con los primeros toques del himno de España de Columna y Azotes, de las Cigarreras, se fueron los nervios y llegan las emociones, es hora de trabajar y disfrutar de la cofradía en la calle.
Voy de relevo en relevo, entre risas y admiración por los peones que lleva el Señor.
Desde la plaza de la Encarnación hasta la calle Boteros, voy disfrutando cuando puedo del palio de Ntra. Señora de la Soledad de los Servitas.
El momento álgido de la cuadrilla llega cuando pasamos por la cuesta del Bacalao y la cuesta del Rosario, pasando momentos íntimos y de apretar los dientes, como son la calle Verónicas, calle Sol y la entrada.
Se fue un Sábado Santo pletórico, y satisfecho por el trabajo realizado por el equipo de capataces, cuadrilla y banda.
De nuevo llega el momento de ponerse a tachar Sábados del calendario.

Adrián González González.

viernes, 10 de abril de 2020

Viernes Santo 2020


Viernes Santo en los Palacios y Villafranca, según Jesús Díaz

Estaba yo pensando que, con cual momento de la semana santa podría quedarme.  Aunque los que me conocen saben, que como imagen devocional tengo a la Esperanza Macarena, nunca podría dejar atrás a la imagen que desde niño me ha visto crecer en sus filas de nazareno, que hoy día y mientras ella quiera, iré debajo de sus trabajaderas, mi virgen de los Dolores.

Tras una madrugada en la que parece que se para el tiempo, amanece un triste viernes santo, en el que hasta el tiempo sabe que Cristo yace en su urna. La tarde se tiñe de gris y comienza a sonar amargura, y los pocos rayos de sol que lucen, se hacen hueco entre el incienso que inunda el aire y la maya del palio para iluminar el rostro de nuestra madre.
Santísimo Cristo de la misericordia suena, la procesión está en la calle, todo es un escenario idílico en el que el silencio de la muchedumbre, la fe y la devoción son los protagonistas junto con nuestra madre la Virgen de los dolores.

A través de los respiraderos de la primera trabajadera se perciben los rostros de las personas mayores con los ojos humedecidos rezando y haciéndole las peticiones a la misma imagen que estoy seguro, que todas ellas tienen en su mesita de noche.

La noche cae y la candelería, ilumina su hermosa figura, suena la madruga, marcha que como mi capataz siempre dice, nosotros se la dedicamos a nuestras abuelas, ellas que siempre antes de salir te daban ese beso que nunca se olvida y el que te daba fuerza para cargar con ella chicotá tras chicotá.

Deben de ser las 00:00 y desde la lejanía se percibe como los últimos faroles del Santísimo Cristo de la Misericordia están entrando en la capilla, comienza a sonar virgen de los dolores y vemos como la semana santa palaciega va llegando a su ocaso, entrando el palio mientras los hermanos nazarenos la esperan dentro de la capilla.
Lástima que este año, no suene la madruga, ni se haga el silencio a los sones de amargura, nos ha tocado al igual que Cristo, un tiempo de cruz, para que luego podamos ver la luz de la Resurrección.


Jesús Díaz Martín 

La Madrugá en Huelva, según Carla Yáñez

Acabo de llegar a casa, no se muy bien que hora es, serán 23:00 o las 00:00. Después de ver las cofradías del Jueves Santo me toca descansar para la Madrugá. Pero no descanso, me pueden los nervios. Me siento en el sofá y enciendo la televisión a seguir viendo a las hermandades que siguen en la calle.

De repente escucho el móvil, es mi compañero Pedro recordándonos por el grupo que no se nos olvide la medalla y diciendo que nos abriguemos porque va a hacer frío. Mientras leo suena la puerta, es mi familia. Llega mi madre y me pregunta "¿Carla has preparado el traje?" "¿está listo el trombón?" y aunque le respondo que sí ella siempre lo comprueba.

Son las 2:00 de la mañana. Me cojo la coleta, me pongo el traje. Ahora toca buscar las gafas. Cojo el fajín y mi instrumento y me voy con mis compañeras a la calle Rascón. Ya se puede escuchar cómo están afinando.

Llego a donde la banda a quedado, la casa hermandad del Nazareno. Veo a mis compañeros, a mis amigos... Busco a una de las mujeres para que me ponga el lazo y después me voy corriendo a buscar a mis compañeros más cercanos, a los bajos de la banda. Uno de ellos me pone el fajín: "pónmelo otra vez que esta muy flojo" "¿está bien puesta la chaqueta?". Afino con ellos y me voy a hacerme fotos con mis amigos. Viene Alba y me dice: "Vente, hay que hacerse la foto". La foto de las mujeres de la banda.

Vamos a la calle Las Bocas y allí tenemos la charla. La charla de los directores, un momento familiar. A continuación formamos la banda y comienzan a sonar los primeros tambores de la Madrugá. Empiezo a notar ese cosquilleo por todo el cuerpo, esos nervios. Ya estamos en la puerta de la Iglesia, puedo escuchar el rachear de los costaleros, señal de que no queda nada para que salga el Señor. Escucho a mis compañeros decirme "prepara ya la Marcha Real y Señor de Huelva", nerviosa y con las lágrimas saltadas empiezo a tocar y siento que se para el tiempo.

Las horas pasan, ninguno sabemos que hora es. Estamos llegando a las Hermanitas de la Cruz, suena "Caridad". Poco más adelante, en la Capilla de la Esperanza suena "Eterno" dos momentos inolvidables de mi primera Madrugá en la banda.

El tiempo sigue avanzando y llega mi relevo, voy a la casa hermandad y allí me encuentro con mis compañeros "¿qué tal vas?" "¿estas cansado?". Cojo mi desayuno y voy con Rodrigo porque le he visto de lejos cuando he entrado. Terminamos y el me deja al lado de la banda, nos decimos que nos vemos en la recogida y vuelve a su tramo.

Y pasando por la Capilla del Calvario llegamos a calle Marina, donde le cantan saetas y va habiendo cada vez más gente en la calle. Ya va quedando menos para llegar a la iglesia y para que la Madrugá llegue a su fin.

Ya estamos en calle Plus Ultra y van sonando las últimas marchas, veo en las caras de mis compañeros que las emociones ya están a flor de piel, y empiezan a brotar de los ojos las lágrimas de toda la noche.

El Señor se está recogiendo, ponemos la partitura de "Señor de Huelva", ya todos hemos llorado y empiezan a verse los primeros abrazos.

Ya solo queda esperarla, a la Virgen de la Amargura, y en esa espera veo a mis compañeros nos preguntamos que tal a ido y nos abrazamos, también veo a Rodrigo que ya ha entrado en la iglesia. Ya puedo escuchar la banda del palio. Ya la Virgen está entrando. La Madrugá está terminando.

Rodrigo y yo vemos a Esteban, y salimos los tres juntos por la puerta del patio, y ahora me doy cuanta de que ya a llegado a su fin, y que solo queda esperar al año que viene y quedarse con lo vivido las horas pasadas poniéndole música a los pasos del Señor.

Carla Yáñez Sancho.

jueves, 9 de abril de 2020

Madrugá 2020


La Madrugá según Manu Chacón

La Noche Venerable.

Cae la tarde y el sol se marcha sabiendo que esta noche la luna será diferente. En casa nada tiene comparación con este día. Si el Lunes Santo es Sagrado, la Madrugá es la noche más venerable del año. Es la noche de la fe y de los recuerdos que permanecen más vivos que nunca en el tiempo. Todos en mi familia saben a lo que me refiero.

La tarde del Jueves Santo se consuma de una manera intensa preparando los entresijos para la estación de penitencia y todo ello envuelto en un mar de nervios y pensamientos que no te dejan a penas descansar. Sigo siempre el mismo ritual de cada año; papeleta, medalla, estampitas y que no falte ni un caramelo para endulzar la mañana a los niños que recién despiertos van a ver tu cofradía de vuelta. Cuando llega el momento de vestirse con la túnica ahí está ella, mi madre, perfilando cada centímetro y detalle del hábito para que todo esté perfecto.

Con todo preparado, pongo rumbo al templo del antiguo Convento del Valle, andando solo y por el camino más corto. Allí me esperan los míos, mis primos y mi tío. Luego, me acerco a los pasos y les hago una primera visita a ellos dos, pero con una mirada siempre especial a ella. El revuelo de capas blancas y antifaces morados no me privan de ver la emoción que se palpa en el ambiente.

Son las 02:30 de la mañana, se abren las puertas, suena La Saeta y un reguero de cirios coloraos avanzan por la plaza. Ya está, comienza así la Madrugá.

Si las cofradías son el testigo de la Pasión, para nosotros la nuestra, la de siempre, la de la Calle Verónica, es el testigo claro de la penitencia más íntima y absoluta. Intimidad que en el fondo no es solitaria porque siempre hay alguien que, sin estar, está y nos acompaña en el camino. El palio de las Angustias es el fiel reflejo de una historia de amor verdadero de alguien que estuvo incontables años siendo sus pies y otros tanto como contraguía. Para eso estamos su familia, para mantener vivo todo lo que nos enseñó.

Actualmente, por diversas circunstancias vivo una Madrugá muy diferente, más cercana a la Calle Parras, como músico en la Banda de el Carmen de Salteras. Se vive una noche verdaderamente especial. Se nota la alegría y los nervios que desbordan los rostros de los compañeros cuando esperamos en el atrio y se escucha la primera levantá. Cuando sale de la Basílica y camina hacia la avenida, me es imposible no quedarme impactado con tanta multitud en silencio mirando fijamente a la Esperanza. Pasan las horas y conforme avanzamos en la noche es un no parar de gente y más gente que se queda emocionada, incluso con alguna lágrima que otra con solo verla, y así todo el recorrido. Es algo que nunca viví. Es algo impresionante.

Disfruto como un niño chico tras la Esperanza, es obvio. Pero mi pensamiento siempre está con él, con su medalla de Los Gitanos colgada del cuello, bajo mi traje de músico, que siempre viene conmigo. Paso la noche manteniendo vivo su recuerdo en mis pensamientos y acordándome también de los míos, de los que están con el antifaz morado y la capa blanca, y de ella.


Manuel Chacón Palomares.
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