domingo, 29 de marzo de 2020

Lo que pudo ser y no fue, dos veces

Corría el año 1932, un año duro para las cofradías, no solo para Sevilla. Las cofradías veían perder su patrimonio, en muchas ocasiones sin poder hacer nada.
En una sociedad en la que abunda un clima anticlerical, corría el ideal de ‘’estás conmigo o contra mí’’, en ese contexto quemaron algunas iglesias e intentaron arramplar con todo lo que se les ponía por delante.
En Sevilla lamentablemente tuvimos que lamentar pérdidas, las cofradías se quedaron sin pasos procesionales, bordados, altares o incluso perdieron sus sagrados titulares, como es el caso de la Hermandad de la Hiniesta, ya que la Iglesia de San Julián, dónde residían fue pasto de las llamas, en mayo de 1932 la hermandad perdió la talla de la Virgen de la Hiniesta apodada como ‘la gótica’, el Cristo de la Buena Muerte, la imagen de la Magdalena y la Virgen de la Hiniesta dolorosa, atribuida al gran imaginero del siglo XVII, Juan Martínez Montañés.

Es por por este motivo que la hermandad de la Hiniesta, afincada entonces en San Marcos, encarga en ese mismo año, a cuatro artistas que elaboren una imagen lo más parecida posible a la imagen de la Virgen que meses antes se perdió. Entre esos cuatro artistas se encuentra José Merino Román, un escultor e imaginero malagueño afincado en Sevilla, que nos dejó obras como el paso renacentista del Cristo de Burgos en el año 1939. Este escultor realizó una Virgen dolorosa para la hermandad de la Hiniesta con las premisas fijadas por sus hermanos, pero la hermandad al final se decanta por la imagen que realizó el joven artista sevillano Antonio Castillo Lastrucci, que años más tarde de nuevo es pasto de las llamas y vuelve a realizarla en 1937.
Esta imagen de la Virgen dolorosa que realizó Merino Román, se quedó vestida de hebrea con un halo de diez estrellas en el taller del escultor, hasta años después que otra hermandad sevillana se interesa por ella, esa hermandad es la de los Gitanos, que en esos años estaba en su primer periodo en la Iglesia de San Román y fue decisión de su junta de gobierno que en 1935 se pusieran en contacto con este imaginero malagueño para adquirir la dolorosa que no pudo ser para la hermandad de la Hiniesta. No se sabe con seguridad a que es debido este cambio de imagen, ya que aún conservaban la Virgen de las Angustias de Montes de Oca, aunque algunos apuntan que fue una decisión de la junta de gobierno para preservar esta imagen en esos años convulsos.
Esta imagen fue bendecida con la advocación de Virgen de las Angustias, a escasos 15 días del Viernes Santo, el 4 de abril de 1935, y celebró un triduo en los días 10, 11 y 12 de ese mismo mes. En ese mismo año, salió bajo palio acompañando al primitivo Señor de la Salud, haciendo estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral en la Madrugá del Viernes Santo. 
Este hecho no gustó a los hermanos que pidieron el cambio de la dolorosa, volviendo a exponer en el culto a la Virgen que hiciera Montes de Oca, quedando esta imagen de nuevo en el taller de Merino Román.

Tras el duro período para la sociedad y las hermandades como fue la Guerra Civil, la Hermandad oficial de Málaga, conocida como el Sepulcro, que perdió a sus titulares en los años de la guerra, se puso en contacto con su paisano Merino Román para adquirir la citada imagen. Este acto se llevó a cabo en el año 1938, por dos mil de las antiguas pesetas, siendo bendecida en primavera bajo la advocación de Virgen de la Soledad, saliendo por primera vez bajo el palio del trono de la antigua dolorosa el Viernes Santo de 1939.
Esta imagen debió ser retocada en una intervención que desconocemos, en la cual se le cambian detalles en el rostro, como la posición de las lágrimas. Posteriormente en 1973 es restaurada por D. Luis Álvarez Duarte, haciéndole este unas manos nuevas y cambiando la policromía. En 2005 se lleva a cabo la última restauración hasta la fecha, llevada a cabo por el profesor Juan Manuel Miñarro.

Es esta la historia la de una Virgen que pudo ser hasta dos veces titular de una hermandad de Sevilla, pero que finalmente acabó siendo una de las dolorosas de mayor devoción de la ciudad de Málaga, siendo esta una de las únicas imágenes, que ha procesionado en la madrugá del Viernes Santo en Sevilla y en la tarde del Viernes Santo en Málaga, dos ciudades con estilos distintos, unidas por la imagen que pudo ser Virgen de la Hiniesta, o Virgen de las Angustias, pero que finalmente quiso ser Virgen de la Soledad.


*Fotos cogidas de internet, David Gahete y Elisa González*
Mario Rosales Antequera.
Twitter: @MarioRosales7
Instagram: @mario_rosales97

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