
Pero quiero trasladarme a una calle ancha cuajada de naranjos que hacen bello su caminar…
Todo son nervios, pequeños monaguillos revolotean por el templo, nazarenos, costaleros y acólitos, que suben ese alminar para reencontrarse un nuevo martes…, llega el momento de ponerse el alba, cíngulos y dalmáticas sabiendo que todo el esfuerzo de un año había dado sus frutos, también se ven lazos negros en el pelo donde se puede leer “ Gracia y Amparo”, una vez terminado el ritual de vestirse y con los guantes ya puestos toca bajar esa escalera de caracol y colocarte delante de los titulares…
En el templo oscuro e ilusionado por salir el Hermano Mayor deja la cofradía en manos del Diputado Mayor de Gobierno y este ordena la apertura de las puertas es en ese momento donde el ya suave ocaso de la tarde cae sobre la ciudad y unos tímidos rayos de luz se cuelan por la puerta ojival Omniunm Sanctorum y toca a su fin la espera….
José Manuel Álvarez Moreno.
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