Y volvió. Regresó a su Ermita tras
dos años sin verla, dos años sin salir de la Parroquia de Sta. Mª
Magdalena, dos años en los que tus romeros y devotos estuvimos
perdidos. Tras ese extraño octubre más extraño fue el año, a
todos nos faltaba algo, algo que mas que algo eras TÚ, TÚ rostro
sonriente, tu niño dándonos la bendición, tu carreta y el
transcurrir de tu romería cargada de color, también nos faltó el
caminar de tus bueyes, el ambiente de tus romeros, la fe y el respeto
de tus devotos, una Bellavista que se concentra para recibirte y
verte con un gran ambiente entre sus vecinos, nos faltó verte en tu
altar en aquella Ermita en la que el rey Santo decidió dejarte para
que protegieras la ciudad desde su punto más alto. Nos faltó todo
esto, pero también muchas cosas más, pero este año nos saciaste
esta sed de romería que todos teníamos, y por eso te esperamos en
la plaza de los Jardines para verte salir, Andalucía tampoco quiso
perderse ese momento, te acompañamos por Dos Hermanas, ni al subir
el puente nos quisimos despegar de tí, por mucha calor que hiciese,
por mucha gente que fuera por la carretera vieja tampoco quisimos
separarnos de tí, porque te echábamos de menos y queríamos soñar,
pero este año despiertos con un tercer domingo de octubre que TÚ
nos regalaste.
Un día casi perfecto, lleno de amor,
de jubilo, de pasión, pero también de dolor ya que contigo quiso
irse incluso antes de que te depositaran en la carreta para volver,
una mujer muy devota tuya, y de la Virgen del Dulce Nombre de
Bellavista, una mujer con una fe con la que movía montañas, Narci
quiso irse contigo, o TÚ quisiste que Ella se fuera contigo, para
siempre en esa dura vuelta que cada año se repite para tus devotos
de Bellavista. Los cuales te despiden en la Ermita, también en la
Iglesia Grande y muestran lágrimas en sus ojos cuando ya no pueden
verte ni oler tus nardos mientras que vas atravesando el subterráneo
y ya ni tu carreta a lo lejos pueden averiguar, esa carreta de color
rosa que este año quisieron tus devotos que llevaras, tan bonita y
preciosa como siempre que junto con ese color azul especial de la
mañana, la tarde y la noche se hacen habituales y hermosos para
nosotros, tus devotos y romeros en este tercer domingo de octubre.
Un tercer domingo de octubre en el que
ya volvemos a pensar y aún quedan 51 domingos por delante, en los
que serás nuestro último pensamiento por las noches y nuestro gran
anhelo por las mañanas.
Gracias Señora por regalarnos otro
tercer domingo de octubre. Váleme Virgen de Valme, Nardo del
celestial jardín del cielo.
@MarioRosales7
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