Primavera. Mayo. San Isidro. Romería. Camino. Cohetes. Tamborileros. Caballos.
Un año más hemos sido muchos los que íbamos acompañando a San Isidro
Labrador, romeros a pie, a caballo, en charret y en carrozas. Son dos
días en los cuales tanto en el camino de ida hasta el Puerto del Monte
como en el de vuelta hasta la casa hermandad, se escuchan las
sevillanas, a los tamborileros y los cohetes. Un camino lleno de
alegría, de cantes, de baile, risas y sobre todo, lleno de ilusión y ganas.
Aquí pasa como en Semana Santa, son los preparativos de todo un año los que se sacan a la calle en un fin de semana.
Cuando
llega el fin de semana de la Romería, se olvida todo el mundo de quién
es blanco y de quién es negro y acabamos compartiendo y disfrutando
todos juntos como una gran familia.
Todo empieza el jueves con
el primer dia de triduo en honor a San Isidro Labrador. El viernes, el
segundo y último día de triduo, después de finalizar la misa todos lo
que estamos allí vamos detrás del estandarte de la hermandad hasta la
Casa Hermandad de San Isidro.
Llega el sábado por la mañana y
la mayoría del pueblo de Setenil se levanta al alba. Sones de tamboriles
nos despiertan. Es hora de ponerse en marcha. Terminar de preparar la
comida. Subirla al campo. Desayunar para coger fuerzas. Y vestirse con
el traje de gitana. Y esto ya está aquí. Los romeros (a pie, a caballo,
en charret o en carrozas) nos vamos al lugar de la salida para acompañar
a S. Isidro desde que sale de la Casa Hermandad. Rezo del Ángelus,
bendición de las carretas (la de la imagen y la del estandarte) y
echamos a andar. Son horas de alegría, cantes, bailes, comida y bebida,
y, lo principal, junto a Él. Un camino que se hace corto. Y es que,
cuando nos queremos dar cuenta, ya estamos en el campo y S.Isidro en su
carpa para pasar la noche y parte del domingo, para que el pueblo lo
visite en su fecha. Es su momento, más que nunca. El domino todo el
pueblo pasa el día en el campo, hasta la tarde en la que hacemos el
camino de regreso. A pesar de que este año nos ha acompañado la lluvia,
los romeros hemos estado ahí acompañando a S. Isidro en su caminar, como
Él nos acompaña a nosotros. Porque hemos podido comprobar que a los que
nos gusta el camino de la romeria, ya sea tanto en la ida como en la
vuelta, nos da igual que llueva, que haga frio, que el suelo esté
embarrado o cualquir cosa que nos intente estropear el final del camino.
Si explicar lo que se siente en Semana Santa es tarea harto
dificil, explicar lo que se siente con S. Isidro lo es de igual manera.
Para entenderlo hay que vivirlo. Son las cosas del camino las que hacen
la romería especial. Todo un camino lleno de cantes, bailes, risas y más
cantes y bailes. Si no lo has vivido nunca, yo te invito, son solo dos
dias en los que se puede aprender mucho y además que aunque no lo
parezca, todos los habitantes del pueblo de Setenil somos como una gran
familia. Lo dicho, para entender todo esto se tiene que vivir antes.
Salida.
En el camino.
La vuelta.
@sweetsmiles97
No hay comentarios:
Publicar un comentario