Otro año más que nos toca despedir esa semana grande para muchos, esos 10 dias que tenemos de gloria, despedir la Semana Santa. Es algo que tarda en llegar, pero se va en un simple abrir y cerrar de ojos. Te vas y nos dejas aqui, con ganas de más, nos abandonas un año más, sabiendo que tu espera se hace dura y larga. Eterna. Volvemos a empezar otra vez a volver a la normalidad después de estos 10 dias, volver a limpiar, guardar y arreglar enseres y los tronos/pasos. Toca seguir escuchando las marchas y oliendo a incienso en casa. Toca simplemente dejar atrás esta semana y esperar 343 dias para la del año que viene. Igual que viene se va. Nos alegra y nos entristece. Sentimientos que llegan y se esfuman con esa semana. Los olores y sonidos que van dejando en la calle mientras pasa. Sólo 10 efímeros días que desaparecen. Que se esfuman en la nada. Que se van y nos dejan con ganas de más, aunque hayan sido dias de un gran sol y un buen tiempo que es la primera vez que recuerdo en estos 17 años que tengo, que luce tanto el sol en una Semana Grande. Pero esos 10 efímeros días tienen detrás todo un año de trabajo. Un año de esfuerzo. Un año de constancia. Un año de ilusión. Un año de cuenta atrás. Un año de muchas cosas que hacen las cofradías. Porque una cofradía va más allá de una mera salida procesional. Una cofradía es más que salir unas horas acompañando a un Cristo y a una Virgen. Una cofradía ayuda a sus hermanos. Y a los que no lo son. Organiza eventos. Viajes. Reuniones. Una cofradía es el centro de la vida de un barrio. De un pueblo. De toda una ciudad. Y puede que algunos sueñen sólo con esos 10 días y no vean más allá. Pero los cofrades, los verdaderos cofrades, son aquellos que están todo el año al pie del cañón. Trabajando por sus Titulares. Trabajando por su cofradía. Trabajando por su entorno. Y soñando. Soñando con ese momento en que, después de tanto trabajo duro, vea mecerse a sus Titulares por las calles, para que el pueblo les rece. Para que les pidan. Para que les den las gracias. Y volverán a pasar esos 10 días. Y el tiempo nos dejará intrigado. Llegarán los nervios y la inquietud. Y el cofrade, el verdadero cofrade, seguirá luchando por aquello en lo que cree. Sacrificio. Ayuda. Ilusión. Fe. Y Ellos. Nada más. Todo por Ellos. Porque aunque no lo parezca, lo merecen. Y Ellos lo agradecen guiándonos el camino y no abandonandonos cuando les necesitamos. Ellos durante todo el año y no sólo en los malos momentos.
Les debemos todo. No les demos menos.
Pd; Desde el blog de Entre Incienso y Azahar, informaros que estaremos de nuevo por aquí a partir del 28 de este mes.
Saludos desde la administración del blog.
@sweetsmiles97