jueves, 21 de mayo de 2020

La Semana Santa y el Arte: El Santo Traslado

Una semana más volvemos a traer un nuevo artículo sobre la Semana Santa y el Arte. En el día de hoy vamos a ver la relación que hay entre el considerado por muchos, mejor misterio de la Semana Santa sevillana y un lienzo del último tercio del siglo XIX.

A mediados del siglo XX cuando surge la hermandad de Santa Marta le encarga al imaginero gaditano, Ortega Bru un misterio poco común hasta entonces en Sevilla, ya que en la época no procesionaba ningún Santo Traslado al Sepulcro, ya que la Sagrada Mortaja lo que representa es a Cristo en los brazos de su madre, tras haber sido bajado de la Cruz, una piedad, al igual que la vemos en el primero de los pasos del Baratillo y de los Servitas, pero en el caso de la Mortaja, vemos que la piedad está acompañada por los Santos Varones, San Juan Evangelista, Santa María Magdalena, María Salomé y María Cleofás. Si bien la iconografía que representa en su paso la Sagrada Mortaja es justamente la anterior del traslado al Sepulcro, por ello en el misterio de Santa Marta vemos las mismas personas, pero con una disposición diferente, ya que la Virgen está en la trasera del paso acompañada por San Juan Evangelista, los Santos Varones son los que portan y trasladan el cuerpo de Cristo, siendo Nicodemo el que vemos en el frontal del paso, también vemos la inconfundible Sta. María Magdalena en el lado derecho de Cristo, queriendo relacionarse con el espectador, y en el lado opuesto a las otras dos Marías, junto a Santa Marta.


Sabiendo esto, vemos que en el catálogo pictórico de Ciseri se encuentra un lienzo llamado Traslado al Sepulcro o La conducción de Cristo al Sepulcro, donde vemos una imagen muy parecida a la que Ortega Bru realiza para el misterio de la hermandad de Santa Marta, aunque con algunas diferencias, como que en vez de portar el cuerpo de Cristo solamente los Santos Varones, en el lienzo se ven ayudados por San Juan Evangelista, por ese motivo, la Virgen María esta acompañada y siendo consolada por una de las Marías, mientras vemos como la otra se echa la mano a la cara en gesto de dolor e incredulidad, el otro cambio significativo es que vemos a la Magdalena en un tremendo patetismo, con un gesto de sumo dolor, echando el torso hacia delante y llevándose las manos a la cara, aunque no la vemos por que la tapa el pelo, que cae hacia delante a causa de la forma del cuerpo. En este lienzo tampoco vemos a Santa Marta. Podemos afirmar que Ortega Bru conocería esta obra antes de la realización del misterio de la Hermandad de Santa Marta.

También algunos autores afirman que este misterio tiene cierto parecido y que Ortega Bru también podía haberse inspirado en la Piedad del Duomo, una obra que el escultor florentino Miguel Ángel realizaría para su sepulcro. En la cual vemos a Cristo en vez de en los brazos de su madre, en los de Nicodemo (en el que se autorretrato el artista) a uno de los lados de Cristo vemos a la Magdalena sosteniendo a Cristo y al opuesto a la Virgen María abrazando a su hijo. Esta es una obra tremendamente manierista, en la que el cuerpo de Cristo forma una clara línea ‘serpentinata’, la cual no vemos en el Cristo de la Caridad, estando el cuerpo acorde a los movimientos del barrocos. Esta obra, como curiosidad, Miguel Ángel no llegó a concluirla.

Como curiosidad en referencia al lienzo de Ciseri, podemos añadir que la Cofradía del Santo Traslado de Málaga representa en su trono de Cristo una escena aún más parecida a dicho lienzo, aunque también contiene algunos cambios.

Mario Rosales Antequera.
Twitter: @MarioRosales7
Instagram: @mario_rosales97

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