miércoles, 6 de mayo de 2020

La canina de Huelva

Más que una leyenda, hoy traemos un poco de historia de la capital onubense. Muchos no lo sabemos, pero durante una quincena de años procesionó por las calles de Huelva un paso con un esqueleto, denominado “La Canina”, que pertenecía a la hermandad del Santo Entierro, similar al que hoy en día procesiona aún en Sevilla.
Este paso era una representación alegórica, es decir, no representa un momento específico de la pasión de Cristo, si no que es una especie de representación de la victoria de la vida sobre la muerte. En esta representación podemos ver un esqueleto, de ahí el nombre “canina”, sentada sobre la bola del mundo en posición pensativa o decaída, con una cruz vacía tras ella donde se apoyan dos escaleras que representan el momento del descendimiento de Cristo.
La hermandad el Santo Entierro de Huelva durante la guerra civil española desaparece, ya que durante esta guerra pierde la mayor parte de su patrimonio. La pérdida más grande para los hermanos sin duda fue la de las imágenes, de un valor incalculable, no solo por la antigüedad si no por la devoción de la ciudad.
Tras la guerra la hermandad se refunda, siendo uno de sus refundadores un médico muy aficionado a la Semana Santa sevillana. Como la hermandad había perdido todo su patrimonio y sus imágenes, el médico propuso coger un esqueleto de su consulta, barnizarlo para que quedase sentado y con posición abatida, y usarlo en un paso basándose en la hermandad del Santo Entierro de Sevilla, y así suplir la carencia de los titulares hasta recuperar un poco de dinero para contratar a un imaginero. Y así se le dio el origen del paso de “La Canina” de Huelva, que procesionó desde 1945 hasta 1960 aproximadamente.
Pero este paso no tuvo mucha aceptación, ya que el pueblo le tenía temor a ese esqueleto, habiendo incluso una leyenda que decía que, si paraba delante de alguien, esa persona moriría al poco tiempo. El paso dejó de salir cuando se le encarga a León Ortega la tala de la Virgen de las Angustias, que sale en el mismo paso donde salía originariamente la canina. Desconocemos cual fue el destino de ese esqueleto, aunque seguramente se desecharía al no tener valor alguno.
Hay una anécdota que rula por la ciudad de Huelva, la cual dice que a la canina se le hizo una canción y la llamaban “pelona”, ya que en aquella época había un policía llamado Mateo que rapaba a la gente en sus casas para evitar las plagas de piojos. La gente cuando lo veía por la calle se metía en casa de los vecinos para parecer que no estaban en casa, haciendo una canción donde decía que el tal Mateo había dejado sin pelo a la canina, cantándola los niños al pasar por la hermandad.

María Orellana Cózar.
Twitter: @MariiaOrellaana
Instagram: @mariiaorellana

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