domingo, 5 de abril de 2020

Domingo de Ramos en Huelva, según Laura Yáñez

Amanecer de un día que sabe a luz y vida.

Suena el despertador. No sé que hora es. ¿Serán las 8:30, o quizás son las 9?. Me levanto corriendo, desayuno lo que mi estómago nervioso me permite y voy a la ducha. Hago la cama, ordeno la ropa, me cambio y me maquillo. Compruebo que todo está en su sitio. Hoy todo tiene que estarlo, no se me puede olvidar nada. Me pongo los tacones y salgo a la calle. Voy sola, pensando en todo lo que no se me puede olvidar hacer. Subo la cuesta, giro a Placido Bañuelos, y a falta de una calle abro mi bolso y me cuelgo la medalla.

Llego a la iglesia. Ya Luis y Modesto han puesto la montaña de ramos en la puerta para bendecirlos. Que no se me olvide coger uno para mi abuela y otro para mis padres. Entro en la iglesia. Madre mía cuanta gente, ¿Habrá llegado ya Jesús? ¿Donde estará mí hermana? ¿Vendrá Paula esta mañana? ¿y Ángeles?. Voy a la capilla a ver si todo está bien. Qué bonitas las flores que ha puesto Antonio este año. Qué bonita va a lucir mi hermandad esta tarde.

¿A qué hora vendrá Ismael?, voy a la casa hermandad a ver si me quedo en la iglesia o ayudo a hacer los bocadillos para después. Cruzo la acera. Ya esta aquí Jesús y media junta. Me quito los tacones y los dejo en la sala de Juntas. Venga chicos a hacer los bocadillos.

¿Qué hora es? Nunca me acuerdo de la hora de la misa de palmas. Anda que vaya tela. Voy a ir poniendo alfileres a la gente que entra que ya tiene que ser casi la hora. Viene Jesús para darme las palmas, ahora las tendré que repartir para la bendición. Ya ha terminado la misa. ¿Donde está mí hermana? ¿Mi padre ha venido? ¿Se habrá acordado de los caramelos? ¿Dónde está todo el mundo? son las 14:15 y a las 15:00 tenemos que estar aquí.

Vamos a casa corriendo. Me desmaquillo, intento almorzar y ya ha llegado el momento de ponerse el hábito. ¿Dónde está mi morrión? Nunca sabemos cual es de cuál. Creo que mi hermana lleva el mío. Para el año que viene le hago una marca. Cojo las estampas, los caramelos, guantes, la papeleta. Papá acuérdate de cogerme la ropa para cambiarme después. Carlita vamonos ya que se está haciendo tarde.

Bajamos y paramos en el portal. Nos ponemos el morrión y salimos a la calle. Por el camino más corto llegamos a San Pedro. ¿Habrá llegado ya todo el mundo? Estoy deseando de ver a mis niñas y a mis amigos. Este año las flores son preciosas, y la Virgen va... Qué orgullosa estoy de mi hermandad. ¿Dónde está mi tramo? Seguimos los mismos en el tramo. Así ahora lo localizo cuando vuelva. Voy a ver al Señor. Que bonito el mantolín. El misterio completo está precioso. Ya está aquí Carnicerito, Ismael entonces tiene que estar por aquí. ¿Hará salida o entrada? Ojalá haga salida y así puede ver la entrada conmigo. Bueno me voy a mi tramo que ya están repartiendo los cirios. He visto alguna palma rizada y este año nos han quedado muy bonitas. El año que viene tenemos que intentar innovar un poco con el diseño aunque están muy bien. Mi cirio cada año es mas grande o yo soy mas pequeña. Formamos el tramo. Por fin ha llegado la hora. Son las 16:15. Se abren las puertas del Mar. Empieza el Domingo de Ramos...

Pasamos el dintel y empezamos a bajar el porche, llegamos a la cuesta de la casa de Hermandad y veo toda la plaza llena de gente que viene a ver mi hermandad. Este es el momento que todo el año se espera, ver las calles de Huelva llenas de niños con palmas y tras ellas el Señor de la Borriquita que reparte alegría por todas las calles de mi ciudad, pero detrás de los tramos de cirios viene su madre, la Virgen de los Ángeles, solo hay que mirarla para llenarte de ternura y alegría...

Bajamos la rampa, doblamos la esquina de la plaza y volvemos a doblar para la casa de los Flichi. Esa casa donde todos los años la familia espera para ver pasar su preciada hermandad. Nadie les quitará jamás ese momento por más que los tiempos pasen... Ver a los Ángeles mientras suena Rocío en esa esquina es lo más bonito del Domingo...

Llegamos a Santa Fe, donde todos los niños nos esperan para que les repartamos estampitas y hagamos que sus bolas de cera crezcan poco a poco. Bajamos a Tres de Agosto y callejeamos hasta llegar a la esquina de la Calle Rico y es ahí, en la estrechez de esa calle donde la cuadrilla del Señor hace la revirá más bonita de la jornada, que suerte tengo de llevarlo tan cerca para disfrutar de ella...

Sabéis, la carrera oficial es un rato que se me hace bastante incómodo, pero que no lo cambiaría nunca. Ver en las miradas de toda mi ciudad la ilusión de ver a la hermandad de la Borriquita en la calle, porque todos saben que es el comienzo de la semana más grande del año.  De verdad, que bonito es pertenecer a esta hermandad.

Tras la carrera oficial llegan las calles más difíciles llenas de adoquines, niños, bullas,... pero cómo voy a echar de menos esas bullas y esos agobios de la calle Palos. Ya estamos de vuelta, en nuestra última calle; veo menos gente pero después de todo el domingo veo a mis padres, a mi suegro y a mis amigos que siempre esperan mí hermandad en el mismo punto, porque la Calle la Fuente es la calle más íntima de la hermandad después de la casa de los Flichi. Salimos a la plaza, estamos llegando al fin. Subimos el porche y ahora solo queda esperar a que entren los titulares.

Silencio. Ya se ven los ciriales. Todo el mundo en silencio. Bajan la palmera. Se oye la voz de Manolo Carnicerito mandando los costeros a tierra. Un poco más. Y suena la marcha real. Es hora de esperar el Palio.

Ya vemos la sombra de los ciriales e incluso escuchamos un poco a Afri. Escuchar a Afri hablarle a sus costaleros de nuestra madre... no se puede describir. Silencio en San Pedro. Suena la marcha real y tras la banda se cierran  las puertas del Mar. Aún no se ha acabado el Domingo de Ramos, queda la parte más bonita. Suena Como los Ángeles en el interior de la iglesia. Hasta que no se acabe la salve a la Virgen esto no se ha acabado...

Suenan los últimos compases de la plegaria a nuestra Madre, ahora sí. Afri llama a los hombres de la Virgen y manda los costeros a tierra, ya lo que quedan son los besos y abrazos entre lágrimas llorando lo que se ha ido pero tranquilos porque ya queda menos para volver a vivir un nuevo Domingo de Ramos...

Laura Yáñez Sancho.
Twitter: @itslaurayanez
Instagram: @itlaura_

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