En la otra orilla una Esperanza, la
cual también es enfermera, te espera con una sonrisa en San Martín,
una que por la ronda y frente a un ángel se hace Esperanza y a la
que su barrio le da las gracias, por haber vuelto. Esperanza, la que
nos da Dios ante el cristo de las Cinco Llagas y en una basílica
bajo el nombre de María. Pero sobre todo Esperanza la que nos das tu
Macarena, al verte tus ojos madre, esos ojos tan singulares que por
mayo vimos en un sitio diferente, al contemplar tu rostro, donde los
poetas se pierden y el sevillano se emboba.
En un mes Sevilla se volverá a postrar
ante tus plantas para pedirte, para rogarte, para contarte...
Vivas donde vivas, esperanza solo hay
una, y vive en el corazón del que creé en ti y te quiere.
@MarioRosales7