jueves, 4 de junio de 2020

La Semana Santa y el Arte: La Piedad

Una semana más volvemos con un artículo sobre la Semana Santa y el Arte, en este no hablaremos en lo que se inspira un solo imaginero para componer y disponer un misterio, sino que hablaremos de un grupo escultórico que se viene representando desde tiempos medievales y que, en diferentes variantes, han llegado a la Semana Santa de Sevilla, hablamos de la Sexta Angustia de la Virgen, más popularmente conocida como la piedad.
En Sevilla hay tres conjuntos escultóricos que representan la Sexta Angustia de la Virgen, que son, la Virgen de la Piedad y el Cristo de las Misericordias del Baratillo, la Virgen de la Piedad y el Cristo descendido de la Cruz de la Mortaja y la Virgen de los Dolores y el Cristo de la Providencia, todos ellos representan el mismo momento, en el que, tras descender a Cristo de la Cruz, lo dejan en el regazo de la Virgen María, es el momento previo a ser trasladado al Sepulcro. El análisis de todas ellas sería prácticamente igual, ya que las tres presentan a la Virgen de una manera sedente, con rasgos de dolor y con Cristo muerto en su regazo, la Piedad del Baratillo y la de los Servitas tendrán la cabeza de Cristo sobre su mano derecha, mientras que la Piedad de la Mortaja tiene la cabeza de Cristo sobre su regazo y el cuerpo en el suelo.
Como no puede ser de otra forma, la iconografía de la Piedad, o Sexta Angustia de la Virgen ha sido muy representada y difundida en el Arte Cristiano a lo largo de la Historia, pero en este artículo solamente compararemos a cada una con otra obra de Arte. Primeramente, creo que es bien sabido por toda la gran similitud que existe entre la Piedad del Baratillo con la Piedad del Vaticano, realizada a finales del siglo XV por uno de los grandes escultores de todos los tiempos como es Miguel Ángel Bounarroti, seguramente tanto Fernández Andes, en el caso de la Virgen, como Buiza en el caso del Cristo tuvieran ese claro referente a la hora de hacer, a mediados del siglo pasado dicho conjunto escultórico.

En segundo lugar, por orden de estación de penitencia a la Catedral, tenemos a la Virgen de la Piedad y el Cristo descendido de la Cruz, de la Morjaja, cuyas imagen de la Piedad es anónima del XVII y el Cristo de Cristóbal Pérez del año 1677, y este conjunto escultórico, a mi en su iconografía, se me asemeja bastante a la pintura del mismo motivo, que realizase el Greco en el siglo anterior, en ambas vemos a la Virgen de manera sedente, con rasgos de dolor, en el caso de la pintura del Greco, mira al cielo, así mismo vemos a Cristo con la cabeza apoyada en el regazo de su madre, mientras el cuerpo esta en el suelo, y alrededor de esta iconografía encontramos a otros personajes, como pueden ser Sta. María Magdalena y San Juan Evangelista, en el caso del cuadro del Greco y en el misterio de la Mortaja, podemos ver además de estos, a los Santos Varones tras la Virgen, y a María de Salomé y María de Cleofás. En gran cambio que se aprecia entre estas dos Piedades es que la del Greco tiene un gran sabor manierista, corriente artística en la que pintaba dicho artista, y la Piedad de la Mortaja vemos un claro gusto barroco.

Por último, la Piedad de los Servitas, la cual es obra del gran imaginero sevillano Montes de Oca, y realizada a comienzos del siglo XVII, es una obra muy interesante en la cual vemos a Cristo muerto sobre el regazo de María, mientras esta, con claro gesto de profundo dolor, sujeta la cabeza de su hijo con la mano derecha. Esta obra también podríamos compararla con la Piedad del Vaticano y con muchas otras, pero en este caso la vamos a comparar con una Piedad que realizó el gran artista renacentista Sandro Boticelli, el cual pintase el Nacimiento de Venus o La Primavera, a parte de ello en el catálogo del pintor también podemos encontrar pintura religiosa y entre ellas esta maravillosa piedad, realizada a finales del siglo XV, en la que podemos ver un profundo dolor en toda la escena, en la que a parte de estar la Virgen y Cristo, también vamos a Sta. María Magdalena a los pies de Cristo, las dos Marías a ambos extremos del cuadro, una de ellas con la cara cubierta en alusión al profundo dolor que sentían en ese momento y la otra agarrando y mirando la cara de Cristo. En la zona superior podemos ver a José de Arimatea que, mirando al cielo, muestra los clavos y la corona de espinas, bajo él, vemos a San Juan abrazando a la Virgen y en el centro de la composición vemos a Cristo muerto en el regazo de su Madre, la que presenta un gesto de profundo dolor. Aunque todas estas imágenes no las podamos ver en el paso de misterio de los Servitas, pero en algunos cultos han aparecido las imágenes de San Juan Evangelista y la Magdalena a los lados de la Piedad. Entre la Piedad de Boticelli y la de Montes de Oca, a parte de todo esto vemos un gran cambio, que es la posición de Cristo ya que, en el lienzo, la virgen sujeta su cabeza con la mano izquierda, mientras que la de Montes de Oca lo hace con la derecha.

Como podemos ver, la Semana Santa, aparte de ser arte ya de por sí, bebe y se inspira en muchas otras obras de arte de los grandes artistas de siglos pasados, ya sea directa o indirectamente, o tan solo por parecidos y comparaciones.

Mario Rosales Antequera.
Twitter: @MarioRosales7
Instagram: @mario_rosales97

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