jueves, 23 de abril de 2020

Madrugá y Viernes Santo en Huelva

Llegamos a la recta final de los artículos sobre la Semana Santa onubense. En texto de hoy vamos hablar de la Madrugá y el Viernes Santo.
La Madruga en Huelva ha pasado por muchas etapas. Hubo épocas en las que procesionaron más de una hermandad pero algunas de ellas cambiaron sus días de salida como la Hermandad del Perdón que actualmente procesiona el lunes santo, y la Hermandad de la Misericordia, en este caso el jueves santo. La tradición onubense dicta que la cofradía por excelencia de la Madrugá, y la única que sigue estando, sea la Muy Antigua, Venerable y Real Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa Cruz en Jerusalén, María Santísima de la Amargura, San Juan Evangelista y San Francisco de Paula que, a las 04:00h abre las puertas del templo.
Su fundación se remonta a 1583 cuando la Orden de los Mínimos erige su convento y se funda la Hermandad del Nazareno. Allí permanece hasta la Desamortización del siglo XIX, cuando se traslada a su sede actual, la Concepción, ocupando una capilla en propiedad donada por la familia Trianes. Procesionaba con cuatro pasos: Jesús Nazareno, La Virgen, la Verónica y San Juan, celebrándose el sermón del Viernes Santo en la plaza de San Pedro. A finales del XIX, se deja de realizar este sermón. La Virgen de la Amargura se incorpora en 1913 a la estación de penitencia. En la Guerra Civil, pierde todo su patrimonio. El 21 de julio de 1937, en la iglesia de la Milagrosa, debido al cierre de la Concepción, se bendice la nueva imagen de la Amargura, de Ramón Chaveli. Al año siguiente, el 19 de marzo y en el atrio de la Concepción, se bendice la nueva imagen del Señor, también del mismo autor. En 1950, la capilla sufre un incendio fortuito y la imagen del Nazareno es destruida. Sebastián Santos realiza la nueva imagen. En 1983, el Ayuntamiento de Huelva concede la Medalla de la Ciudad al Nazareno y es nombrado Concejal Perpetuo.
En cuanto a los pasos, el de misterio es obra de los Hnos. Caballeros, tallado entre 2003 y 2005. En las esquinas lleva cuatro faroles realizados de Jesús Domínguez. Dispone también de ángeles portando elementos de la pasión, de Luis Ortega Brú. Se distribuyen varias cartelas en bulto policromadas de Carlos Valle y Fernando Aguado. Por otro lado, el palio, las bambalinas exteriores de Juan Manuel Rodríguez Ojeda. El interior y el techo de palio son de los talleres de Fernández y Enríquez de Brenes. El juego de jarras y la peana tienen firma de Jesús Domínguez y los respiraderos, varales y candelabros de cola son obra de Ramón León Peñuelas. Los faroles entrevarales se utilizaron para alumbrar el Crucificado que presidió la misa del Papa San Juan Pablo II en su visita a Huelva.


Cambiando de jornada, pasamos al Viernes Santo. Como cada día en la ciudad, procesionan cuatro cofradías, en este caso, la primera es la Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos del Sagrado Descendimiento de Nuestro Señor Jesucristo, Nuestra Señora del Calvario, San Juan Evangelista y María Santísima en la Resignación de sus Dolores. La hermandad es fruto de la idea de un grupo de funcionarios del Ayto. de Huelva. El secretario del consistorio, Pedro Azcárate Montiel, solicita en 1951 permiso al Arcipreste para constituir una cofradía en San Pedro, que es aprobada ese mismo año por el Arzobispo de Sevilla. En 1952, Antonio León Ortega realiza las imágenes del Descendimiento basadas en un boceto del pintor Policarpo Domínguez de Guzmán, presentándose en este primer año a Nicodemo, José de Arimatea y María Stma. de la Resignación.
En 1953 se concluye el conjunto escultórico con las imágenes de la Magdalena, San Juan Evangelista y la Virgen del Calvario, pasando la Virgen de la Resignación a un segundo paso en el que procesiona sola y mirando a la cruz. En 1975 se estrena el nuevo paso de palio para la Resignación y se restaura el rostro de la dolorosa por su propio autor, bajándole la mirada y dulcificándola.
Si nos centramos en los pasos, el paso del Descendimiento es una obra de estilo neobarroco tallado por Ángel de la Feria Ruiz (1977). Candelabros de guardabrisas y cartelas de los Hermanos Delgado y medallones de Joaquín Osorio. Fue adquirido a la Hermandad del Cerro (2000). En cuanto al paso de palio, se encuentra en proceso y posee bordados de Josefa Maya bajo diseño de Enrique Bendala. Respiraderos y candelería de Talleres Angulo de Lucena, varales de Manuel Seco Velasco y faroles de cola realizados por Emilio Méndez (2010).


La segunda cofradía del viernes es la Ilustre Hermandad de Penitencia y Cofradía de Apostolado del Santísimo Cristo de la Fe y Nuestra Señora de la Caridad. En 1988, se crea la asociación parroquial Santísimo Cristo de la Fe y Santa María Madre de la Iglesia en sus Dolores, una agrupación de fieles de la parroquia del barrio de Viaplana que nace con el objetivo de fundar una hermandad de penitencia con el crucificado que preside el templo, una obra de León Ortega de 1975. El 5 de diciembre del 88, se aprueban los estatutos de la cofradía realizando en la cuaresma del 89 el primer vía crucis por las calles de la feligresía. En 1990, se encarga la Virgen, que a iniciativa de su autor, José Méndez, cambia el nombre de su advocación, pasando a denominarse de la Caridad. En 1991, se realiza la primera Estación de Penitencia con el Cristo de la Fe, incorporándose el paso de palio en la Semana Santa de 1995.
El paso actual está en proceso de culminación con el dorado de su canastilla y respiraderos. Es obra de Joaquín Pineda, de estilo neobarroco, del año 2004. La Virgen de la Caridad procesiona en un palio de terciopleo burdeos. Posee orfebrería de Ramón León Peñuelas, destaca su candelería que data de 1995. La peana es obra de Hijos de Juan Fernández. Dispone de un relicario de la beata María Pilar Izquierdo, realizado por los Talleres Villarreal.



La tercera es la  Muy Antigua, Real e Ilustre Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias, Santo Entierro de Cristo y Soledad de María. El origen se pierde en el tiempo. Las primeras referencias la sitúan en 1572, en un documento hallado por el historiador José Manuel Arroyo. En 1573 se tiene constancia de la Estación de Penitencia de la cofradía. En el siglo XVIII adquiere un notable auge, convirtiéndose en la cofradía de la aristocracia local lo que le permite poseer un gran patrimonio, reformando la ermita de la Soledad. En este lugar permanecen hasta 1854 cuando se trasladan a San Pedro por cambiar las funciones de la ermita a hospital, ante la epidemia de cólera. En este siglo el cortejo se compone del paso de las Angustias, una obra de Francisco de Gándara del siglo XVI, el paso de la urna y un sencillo palio que procesionaba a la Virgen de la Soledad. En 1917 se sustituye la urna por un paso de misterio que representa a los santos varones deponiendo en cuerpo del Señor en el sepulcro. En 1919, Rodríguez Ojeda realiza un nuevo palio bordado en oro sobre terciopelo negro. En la Guerra Civil pierde todo su patrimonio salvándose solamente la cabeza del Yacente. En 1943 se reorganiza. En 1995 se restaura la ermita de la Soledad y regresan a su Sede.
Las imágenes titúlales marianas son obra de Leon Ortega, mientras que el señor conserva la cabeza primitiva peo cuyo cuerpo es obra del mismo autor.  El paso de misterio es obra de Manuel González en 1945, ha sido sometido a una profunda remodelación por el taller de Daniel Sánchez, con el añadido de cuatro faroles en sus esquinas y una considerable ampliación de sus dimensiones. El paso de Cristo es obra de talleres de Antonio Ibáñez, se encuentra en proceso de dorado. Urna obra de Alfonso Yáñez Columé de 1984, con dorados de los talleres sevillanos de Manuel Calvo Camacho. El Palio se encuentra en proceso de ejecución de bordados. La bambalina frontal, el faldón y los respiraderos son obra del taller de Jesús Rosado, bajo la recuperación del diseño del Palio original de Juan Manuel Rodríguez Ojeda realizado por Rafael de Rueda.

La última es la Real e Ilustre Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de Nuestra Señora en Su Soledad. El origen de la Hermandad del Silencio se encuentra en el siglo XIX, cuando la Hermandad de los Dolores y Vera+Cruz organizaba una tradicional procesión con una Virgen sola, conocida como la del Silencio. Con los desafortunados sucesos del 36 y el incendio de la Concepción se pierde dicha tradición, haciendo que Tomás Domínguez y su esposa donaran una imagen al párroco de la Concepción, que quedó temporalmente albergada en la Milagrosa hasta que el templo se reconstruyera. La primera salida procesional de la imagen se produce en la madrugada de 1937, sustituyendo a la Virgen de la Amargura desaparecida, acompañando a un cuadro con la imagen pictórica del Nazareno. Posteriormente, la Hermandad del Nazareno crea una organización dentro de la cofradía dedicada a Ntra. Sra. de la Amargura en su Soledad. En 1944, la cofradía de la Soledad se constituye como hermandad de penitencia independiente de la del Nazareno, de la que se inscriben numerosos jóvenes. El carácter sobrio de la cofradía hizo que se le conociera como la Hermandad del Silencio.
La imagen titula es de autoría anónima, si bien la historiografía parece estar próxima a cerrar el círculo, situándola a finales del siglo XVII atribuyéndose al imaginero antequerano Antonio del Castillo. Fue restaurada en dos ocasiones por Antonio León Ortega en 1939 y 1942, la primera para adaptarla procesionalmente y la segunda para hacerlo a los gustos de la escuela sevillana; la última restauración a la que fue sometida fue en el bienio de 1999-2000 por Francisco Borrego. De igual modo, la autoría del paso es incierta, fue tallado en 1944 con trazas muy clásicas, siendo además el primero en llevar maniguetas en Huelva. Se cree salido del taller de Juan Pérez Calvo en Sevilla, ratificado por testimonios de antiguos hermanos de la cofradía. Se encuentra iluminado por seis candelabros de guardabrisas, de cinco luces los cuatro de los ángulos y de tres los de los costeros, fueron realizados por Luis Barrio con trazas románticas siendo de los llamados de palmas. Los respiraderos poseen artísticas cartelas pictóricas donde se aprecian diversas escenas de la Pasión. El manto es de terciopelo negro tachonado por las armas del Reino de España: castillos, leones, granadas, y lises borbónicas efectuado por el taller de Esperanza Elena Caro en 1945, al que se le añadió la rica guardilla bordada en oro a gran realce fechada en el siglo XVIII, en lo que son los bordados más antiguos de nuestra Semana Santa. Son los enseres más destacados del patrimonio de la cofradía, a excepción de la imagen.

Laura Yáñez Sancho.
Twitter: @itslaurayanez
Instagram: @itlaura_

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